Uno de los elementos más importantes de la bicicleta, y de hecho de cualquier medio de transporte, son los frenos. Gracias a ellos es posible evitar accidentes de todo tipo. Y gracias a los avances en este campo, se han podido inventar y usar zapatas de freno, muy eficaces para este proceso.
Ahora bien, en ocasiones emiten ruidos molestos. ¿Cuáles son las causas principales de ello? ¿Qué tan frecuentemente deben sustituirse las zapatas de freno? Vamos a conocer todos estos detalles que, en especial para los ciclistas, resultan de mucha utilidad.
Principales motivos de falta de eficacia de frenada y ruido al frenar la bicicleta
Las fallas en la zapata de freno no solo generan ruidos, sino también falta de eficacia al momento de frenar. Este es un problema que se debe solucionar de inmediato. Veamos enseguida cuáles son las posibles causas de estas dificultades.
Zapatas cristalizadas
Unas zapatas cristalizadas resultan ineficientes en todo sentido. Esto ocurre cuando un material extraño se va pegando a la zapata, y luego sigue aumentando su cantidad hasta cubrirla por completo.
Por lo general ese material es muy liso y por tanto la frenada perderá mucha fuerza, además de sonar fuerte al entrar en contacto con la rueda. Si se detecta la presencia de este problema, entonces la solución es eliminar cada residuo del mismo. Una lija es la mejor elección para este trabajo.
Zapatas sucias
Difícilmente las zapatas pueden estar limpias. Esto se debe al lugar en el que se encuentran, expuesto a todos los elementos del aire y del suelo. Por eso es que la suciedad fácilmente puede cubrirlas y hacer que dejen de ser eficaces para su labor principal.
Los ruidos también dejarán ver que hay una capa de suciedad en las zapatas. En estos casos la solución es limpiar frecuentemente esta zona tan importante de la bici.
Como su buen funcionamiento depende en buena medida de que estén limpias, no debe darse por sentado el mantenimiento de ellas. Ahora bien, hay que evitar exponer las zapatas a químicos y similares. Lo mejor que se puede hacer es limpiarlas con agua y secar lo mejor posible al terminar.
Zapatas contaminadas
La contaminación de las zapatas es uno de los problemas más difíciles de corregir. No estamos hablando de que la suciedad se ha adherido a la zapata, sino algún elemento químico fuerte que fácilmente daña el material con el que está fabricada. Es más, pudiera afectar a otras partes de la bicicleta.
Es por eso que se debe mantener alejada de cualquier líquido con características aceitosas. Ni siquiera debe pasar la rueda por encima de él, porque luego, al ir girando puede llevarlo al resto de la bici. En caso de contaminarse, se hará un esfuerzo por eliminar el agente extraño. Si eso no funciona, habrá que cambiar las piezas contaminadas.
Zona de frenado desgastada
Es normal que con el paso del tiempo, las zapatas sufran cierto desgaste. Especialmente si se frena de manera constante. En condiciones normales, esto debería pasar luego de un buen tiempo. Y es la mejor señal para saber que ha llegado el momento de cambiarlas por otras nuevas.
Es la mejor decisión sustituirlas de inmediato, sino, se pondría en riesgo otras partes de la bicicleta y, peor aún, la integridad física del ciclista quien no podrá frenar de manera adecuada. Es mejor evitar por completo las posibilidades de accidentes.
Zona de frenado en mal estado
Que una zapata esté en mal estado puede deberse a varias razones, la principal es que cuando se frena la bicicleta, esta va sufriendo cierto desgaste y por lo general no es uniforme. Esto hace que algunas partes de la zona del freno estén bien, mientras que otras no. Obviamente la frenada no es buena y los riesgos se presentan.
Si notas que las zapatas están en mal estado, lo mejor es que se sustituyan cuanto antes. No se puede caer en el error de intentar ahorrar un poco más alargando la vida útil de ellas, eso podría resultar más costoso de lo que se cree.
Zapatas no apropiadas
Hay ruedas de bicicletas que están hechas con carbono, otras con aluminio, así como de otros materiales. Eso significa que no bastará con obtener e instalar unas zapatas y ya. Hace falta asegurarse de que sean compatibles con la rueda y, sobre todo, con la zona de frenado. Sino, de nada servirán.
Para estar seguro de estar usando las correctas, lo mejor es consultar a quienes conocen más del tema. De esa forma no se correrán riesgos innecesarios y se tendrá una frenada segura y eficiente.
Zapatas y pastillas de freno de mala calidad
También hay que tener mucho cuidado con la calidad de las zapatas. Si la rueda es de calidad pero la zapata no, se desgastará muy rápido. Y aunque ese desgaste no ocurra, la frenada no será de calidad y el ciclista se expondrá a muchos peligros.
Claro, no estamos diciendo que la única opción es comprar zapatas de marca, porque a veces eso puede resultar imposible debido a los precios, pero sí hay que asegurarse de que la elegida sea de buena calidad.
¿Cuándo cambiar las zapatas de freno de la bicicleta?
Por muy buenas que sean, y por mucha calidad que tengan, llegará el momento de sustituirlas. Para saber si ha llegado el momento de hacerlo, puedes seguir dos métodos. El más sencillo es echando un vistazo a la condición de las zapatas. Si está muy desgastada, entonces es momento de hacerlo.
Otra de las cosas que permite saber que se deben sustituir es haciendo una pequeña prueba con los frenos. Se puede recorrer algunos metros y frenar de golpe. Si la bicicleta sigue corriendo o la frenada es muy lenta, entonces es indicativo de que ya ha finalizado su vida útil.
¿Cada cuánto tiempo se cambian las zapatas de freno de una bicicleta?
No podemos mencionar un periodo específico de tiempo de uso para las zapatas. Ni siquiera después de recorrer cierta cantidad de kilómetros. La realidad es que el tiempo de cambiarlas dependerá de muchos factores, los cuales varían dependiendo del ciclista y su forma de manejar.
Para tener una idea, si se frena con mucha frecuencia, seguro que habrá que cambiarla en poco tiempo. Esto puede ocurrir si las condiciones de la carretera no son buenas.
Por lo general, en condiciones normales, unas zapatas nuevas podrían durar varios meses, alrededor de 6. Sin embargo, la mejor manera de saber si es momento de cambiarlas o no, es revisándolas y verificando su condición.