Los ladridos de perro. Una situación molesta como pocas que impacta en la calidad de vida de quienes tienen que sufrirlos permanentemente.
Normalmente los perros que se encuentran solos o encerrados gran cantidad de horas son los que tienen más marcado este comportamiento y son los vecinos quienes lo padecen. El perro ladra por instinto, pero es el dueño quien debe hacerse responsable esta situación.
Por fortuna existen normas de convivencia entre vecinos y ordenanzas municipales que regulan los ruidos vecinales que pueden ayudarnos a resolver la situación.
Normativa para propietarios/as y tenedores de Perros en España
Los animales domésticos como los perros, viven y conviven con sus propietarios compartiendo el espacio en el que habitan, muchas veces como un miembro más de la familia. Por lo tanto, entre las obligaciones de los dueños de dichos animales está el de evitar o minorizar las molestias que los animales puedan causar a los vecinos.
Así lo establece el artículo 1905 del Código Civil que indica que: “el poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido”.
Y aunque este artículo no hable específicamente de las molestias que pueda ocasionar el can con sus ladridos, estas sí pueden ser cubiertas por las normativas sobre ruidos vecinales vigentes en cada Ayuntamiento o Comunidad Autónoma.
En este sentido, el Código Civil en su artículo 1902, también puede ser invocado en una demanda civil por ruidos molestos generados por un perro; «El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado»
En los casos más extremos, puede invocarse el artículo 325 del Código Penal que estable entre otras cosas que “quien contraviniendo las leyes u otras disposiciones de carácter general protectoras del medio ambiente provoque o realice directa o indirectamente ruidos que puedan crear riesgo o perjuicio para la salud de las personas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de diez a catorce meses”.
¿Puedo denunciar a mi vecino por el ladrido de su perro?
Los ladridos ocasionales no son denunciables; pero si son continuados y superan el límite de ruido que impide el descanso, perjudicando tu salud y la de tu familia, entonces es necesario tomar cartas en el asunto.
La primera medida siempre debe ser intentar dialogar con el vecino, explicarle la situación y ver si pueden llegar a algún acuerdo para solucionar el problema. Si el problema persiste, habría que ver si otros vecinos sufren de los ladridos para que el pedido tome más fuerza.
En caso de que el propietario del animal o los animales que producen los ruidos no de concesiones y siga en su postura, hay que avisarle a la policía local para que vaya a constatar la situación y haga las mediciones de ruido correspondientes.
También se puede interponer una denuncia en el Ayuntamiento, o bien en el juzgado, ya que existen Ordenanzas Municipales relacionadas con la Contaminación Acústica así como con la tenencia de animales de compañía en las viviendas.
Si el nivel de ruido emitido por los ladridos supera las normas establecidas, el Ayuntamiento puede sancionar al propietario del animal.
¿Se puede multar por el Ruido que hace un Perro?
El Código Civil y las Ordenanzas municipales que regulan el ruido en los vecindarios establecen que el propietario de un perro que ladra de forma constante afectando la tranquilidad o descanso de los vecinos puede enfrentar una multa que oscila los 300 € en caso de que pese a las advertencias no realice acción alguna para solucionar la situación.